LO MÁS DESTACADO: IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN DIABETOLÓGICA, NO A LA REUTILIZACIÓN DE AGUJAS Y TIPOS DE ANTIDIABÉTICOS ORALES.
La formación diabetológica es la mejor herramienta con la que cuentan las personas con diabetes para la consecución de una vida plena y sin complicaciones; sólo así pueden asumir el control de su patología. Sin embargo, todavía hoy las administraciones públicas siguen sin prestar la atención necesaria a este aspecto, creando un importante vacío en el ámbito de la atención sanitaria. Tal es así, que sólo el 20% de los más de 5.000.000 de personas que padecen diabetes en España, ha recibido en alguna ocasión formación terapéutica. Precisamente por esto son, en la mayoría de los casos, las asociaciones de pacientes las que, mediante charlas, jornadas y talleres formativos proporcionan la educación necesaria para que las personas con diabetes cuenten con los conocimientos adecuados y suficientes para el correcto control de su patología, permitiéndolas adaptar la diabetes a su vida, y no al contrario.
La educación diabetológica abarca una amplia formación terapéutica sobre los diferentes pilares en los que se asienta la autogestión de la diabetes: alimentación, actividad física y tratamiento farmacológico, a través de los que conseguir el objetivo final: el mantenimiento de unos adecuados niveles de glucosa en sangre. Con una buena formación, cada paciente puede realizar de manera autónoma autoanálisis de su glucemia y, además, interpretarlos, en función de sus conocimientos, para tomar las decisiones necesarias para corregir las variaciones glucémicas que puedan padecer.
En suma, el éxito de un buen control de la diabetes depende de la capacitación que reciba el paciente, y de ahí que siga siendo una de las principales reclamaciones y reivindicaciones del colectivo diabético en España. Y es que, sólo así se podrán prevenir otras complicaciones de salud asociadas a una mala gestión de la diabetes, además de un ingente gasto sanitario a las arcas públicas.
La educación diabetológica abarca una amplia formación terapéutica sobre los diferentes pilares en los que se asienta la autogestión de la diabetes: alimentación, actividad física y tratamiento farmacológico, a través de los que conseguir el objetivo final: el mantenimiento de unos adecuados niveles de glucosa en sangre. Con una buena formación, cada paciente puede realizar de manera autónoma autoanálisis de su glucemia y, además, interpretarlos, en función de sus conocimientos, para tomar las decisiones necesarias para corregir las variaciones glucémicas que puedan padecer.
En suma, el éxito de un buen control de la diabetes depende de la capacitación que reciba el paciente, y de ahí que siga siendo una de las principales reclamaciones y reivindicaciones del colectivo diabético en España. Y es que, sólo así se podrán prevenir otras complicaciones de salud asociadas a una mala gestión de la diabetes, además de un ingente gasto sanitario a las arcas públicas.
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