- La A1, también conocida como hemoglobina glicada o HbA1c, es el parámetro más importante a la hora de evaluar el grado de control glucémico de las personas con diabetes tipo 1 y tipo 2.
- Para conocerla, únicamente hay que realizar la prueba de A1c, un sencillo test analítico que ofrece el valor medio de glucosa en sangre durante los últimos 2-3 meses.
- Consensos nacionales e internacionales recomiendan mantener un nivel de A1c por debajo del 7% para evitar el desarrollo de las graves complicaciones asociadas a la diabetes.
- Una reducción del 1% del nivel de A1c supone disminuir las muertes relacionadas con la diabetes en un 25%.
Además de los niveles de glucosa en sangre en ayunas, el parametro más importante a la hora de evaluar el grado de control glucémico es el nivel de A1c. Muchas personas con diabetes han oído hablar de él, pero muy pocas saben qué es este nivel y por qué es tan importante.
A1c: herramienta de control del paciente diabetico
También denominada hemoglobina glicada o HbA1c, la A1c se forma cuando la glucosa presente en el torrente sanguíneo se adhiere a la hemoglobina (una proteína que transportan los glóbulos rojos que suministran oxígeno al organismo). El nivel de A1c muestra por tanto la proporción de hemoglobina “azucarada”.
Este nivel es directamente proporcional a la concentración de glucosa en la sangre durante un período de 2 ó 3 meses, es decir, durante la vida del glóbulo rojo. Por tanto, cuanto mayor sea el nivel de glucosa en sangre, mayor será el nivel de A1c. Al proporcionar un cálculo aproximado de la concentración de glucosa en sangre durante los últimos dos o tres meses, la prueba de la A1c expresa el grado de control glucémico de la persona analizada y permite saber en qué medida está bien o mal controlado.
Hasta finales de la década de 1970, cuando la hemoglobina glicada fue establecida por vez primera como indicador a largo plazo de la gestión de la glucosa, los médicos carecían de una herramienta adecuada para valorar la eficacia del control a largo plazo de sus pacientes diabéticos. Actualmente, la A1c es la principal prueba analítica para evaluar y realizar un seguimiento del control de la glucosa durante los últimos 2-3 meses en personas con diabetes tipo 1 y 2.
Así como la prueba de punción en el dedo indica el nivel de glucosa en sangre en el mismo momento del pinchazo, la A1c proporciona una medida de la glucosa en sangre global durante los últimos dos o tres meses. Los valores de la automedición de glucosa a través de un pinchazo en el dedo cambian a lo largo del día, dependiendo de lo que se coma y cuándo, de la cantidad de ejercicio físico que se realice, etc. Con la prueba de la A1c, además, el médico puede establecer el nivel medio de glucosa en sangre en las últimas 8 o 10 semanas. Por este motivo, al nivel de A1c se le llama la “memoria a largo plazo del azúcar en sangre”.
El control pasa por un nivel de hemoglobina glicada inferior al 7%
Las personas que no padecen diabetes tienen un nivel medio de glucosa en sangre durante los últimos tres meses (hemoglobina glicada o A1c) normal, de entre el 4% y el 6%, siendo éste el porcentaje de hemoglobina en los glóbulos rojos que tiene glucosa adherida (glicada). En pacientes con diabetes bien controlada la A1c está entre el 6,5% y el 7% y en diabéticos mal controlados se encuentra por encima del 7%. Para mantener un buen control glucémico, es fundamental que la hemoglobina glicada (nivel medio de glucosa en sangre durante los últimos tres meses) se encuentre por debajo del 7%.
Las directrices consensuadas por la American Diabetes Association (ADA) recomiendan que las personas con diabetes alcancen una A1c inferior al 7% (A1c<7%) para que el control glucémico sea óptimo. También el Ministerio de Sanidad apoya la necesidad de mantener la hemoglobina glicada por debajo de 7, tal y como aparece reflejado en su “Plan Integral de Cardiopatía Isquémica”.
Una A1c<7% evita el desarrollo de graves complicaciones asociadas a la diabetes
Sobrellevar una enfermedad cada día es uno de los desafíos a los que se enfrentan los diabéticos; la prevención a largo plazo de enfermedades adicionales asociadas a la diabetes es el otro.
El principal problema es que generalmente pasan muchos años antes de que se diagnostique la enfermedad, durante los que los niveles de glucosa en sangre suelen ser demasiado altos y los principales vasos y nervios sanguíneos resultan dañados. Este daño progresa gradualmente, derivando no pocas veces en graves complicaciones. Sin embargo, no tiene por qué ser así.
Así, por ejemplo, según el estudio de referencia United Kingdom Prospective Diabetes Study (UKPDS), el buen control de la glucosa en sangre –con la consiguiente reducción de los niveles de A1c– se asocia con un menor riesgo de complicaciones microvasculares (complicaciones en los vasos sanguíneos pequeños que pueden causar daños oculares, renales o nerviosos) y macrovasculares (complicaciones que derivan en episodios cardiovasculares tales como ataques al corazón o apoplejías).
El estudio UKPDS, el más amplio sobre personas con diabetes tipo 2, probó que la frecuencia de complicaciones microvasculares es un 25% menor en personas que alcanzan un objetivo de A1c inferior al 7% a través de terapia intensiva (una combinación de dieta y ejercicio, el autocontrol frecuente e inyecciones diarias de insulina), en comparación con aquéllos que alcanzaron una hemoglobina glicada o A1c del 7,9%. Además, cada reducción de un punto porcentual en los niveles de A1c (nivel medio de glucosa en sangre durante los últimos tres meses) produjo los siguientes resultados:
- reducción del 35% en las complicaciones microvasculares
- reducción del 25% de la mortalidad relacionada con la diabetes
- reducción del 18% de los infartos de miocardio mortales y no mortales
- reducción del 7% de la mortalidad, independientemente de sus causas
La regla general es que cuánto menor sea el nivel de A1, menor es el riesgo de enfermedades asociadas. Una reducción del 1% del nivel de A1c implica:
- reducción de un 21% del riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la enfermedad
- reducción de un 25% de las muertes relacionadas con la diabetes
- reducción de un 17% de la mortalidad total
- reducción de un 18% del riesgo de sufrir un infarto de miocardio
- reducción de un 15% del riesgo de apoplejía
- reducción de un 35% del riesgo de enfermedades renales y ocuales
Para alcanzar una A1c inferior al 7% (A1c<7%) la persona con diabetes debe seguir dos indicaciones básicas: llevar una dieta saludable, a la vez que se realiza ejercicio físico moderado, y cumplir las recomendaciones y consejos dados por su equipo médico.
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