Lo primero que debemos preguntarnos al leer el titular de este artículo es ¿qué entendemos por adaptación? A continuación os expongo varias definiciones: “Adaptación se refiere a la capacidad de los organismos para sobrevivir en un medio particular”; “Se entiende por adaptación los cambios en la estructura del organismo o en sus procesos fisiológicos los cuales le permiten ajustarse al medio en el que vive”.
El diagnóstico de diabetes conlleva una alteración no sólo en la vida del que lo padece sino en la rutina diaria de quienes rodean a la persona diagnosticada. Es decir, hay un cambio que afecta al ambiente del/os individuo/s.
Lo más probable es que tras el diagnóstico se genere una crisis, ya que la enfermedad de uno de los miembros de la familia generará una modificación del sistema familiar y por consiguiente todos se verán afectados por ello.
La actitud de la familia y de las personas que rodean a la persona con diabetes a partir de ese momento es crucial para el establecimiento de pautas saludables para el manejo exitoso de la diabetes en un futuro.
La aceptación de la enfermedad y por consiguiente la adaptación a ella, supone un proceso que depende en gran medida de la actitud positiva con que se afronte el problema que, como veremos, se puede controlar y con el que se puede hacer una vida prácticamente normal.
CUANDO LA ADAPTACIÓN “NO ES SANA”
Al principio todo son dudas, miedos e incertidumbre. Con el tiempo y el aprendizaje de nuevas pautas, todo esto se canaliza de forma natural y se convierte en rutina. Hasta entonces, en ese período de adaptación pueden surgir conflictos que, si no se resuelven, pueden ser un problema que afecte a todo el núcleo familiar y no sólo a la persona con diabetes. Algunos de estos conflictos son:
–Sobreprotección: muchos familiares asumen la diabetes y el cuidado de ésta como una responsabilidad exclusivamente suya, quitando la responsabilidad y compromiso al paciente. Los sentimientos que generamos en el paciente cuando hacemos esto son inutilidad, temor e incapacidad para cuidar de sí mismo. Un trabajo en equipo traerá consecuencias mucho más positivas.
–Gran permisividad por miedo a contrariarle puesto que está “enfermo”. De esta forma sólo conseguimos que la persona se vuelva caprichosa, arisca y con continuos enfados.
–Culpabilizarse: algunos miembros de la familia, (sobre todo los padres) se culpan de la situación de enfermedad de sus hijos. El sentimiento de culpa puede conducirnos al bloqueo y al sufrimiento lo que impedirá que podamos dar la ayuda que realmente queremos, en un ambiente de confianza y con una visión real de lo que ocurre y de cómo podemos hacer frente a la situación.
–Reacciones de ansiedad permanentes, lo que nos hace estar en alerta continuada y nos provoca cansancio y debilidad.
Si te ves en alguna de estas situaciones es recomendable acudir a un profesional que os pueda facilitar ayudar a encontrar las soluciones adecuadas a ti y a tus seres queridos.
¿QUÉ ES LO QUE PODEMOS HACER?
Te expongo a continuación algunas de las cosas a tener en cuenta para que pongáis en práctica tu familia y tú:
Herramientas para la persona con diabetes:
–Actitud positiva; mantener una actitud positiva puede cambiar la percepción del mundo que te rodea y ayudarte a ser más feliz.
–Implicación activa con tú tratamiento.
-Si crees que no puedes hacerlo sólo, antes de derrumbarte y abandonar, ¡pide ayuda!
–Muestra interés por los demás: por lo que hacen, dicen u opinan…
-Si no estás de acuerdo ¡expresa tus pensamientos/sentimientos!
–Ríete. Cuando la gente se ríe a menudo asume con menos dramatismo los problemas y preocupaciones de la vida diaria, practícalo.
Herramientas para la familia:
–Ofrecer apoyo para proporcionar autoestima y autonomía a la persona con diabetes.
–Comunicación continuada: es más positivo explicar algo que imponerlo.
–Negociar y unificar criterios
–Motivar a vuestro familiar, le servirá para ganar autoconfianza.
–Ser paciente, la persona que padece la enfermedad necesita cierto de grado de confianza para autoafirmarse y sentirse capaz de hacer cosas por sí mismo. Dale tiempo.
–Informaros. Cuanto más sepáis más y mejor podréis ayudar a vuestro familiar.
–Compartir actividades para implicaros en el tratamiento: hacer deporte juntos, preparar una comida…alguna de estas tareas suponen un estrés añadido al paciente, si le propones compartirlas juntos se sentirá apoyado y conseguiréis una mayor adherencia al tratamiento.
Compartir tareas es importante para la adaptación al tratamiento
La adaptación a la diabetes supone un esfuerzo que si se realiza en conjunto tiene muchas más probabilidades de éxito.
La persona que padece la enfermedad necesita cierto de grado de confianza para autoafirmarse y sentirse capaz de hacer cosas por sí mismo.
Y recuerda que…La expresión de sentimientos y emociones es siempre un magnífico medio de prevención y de salud psicológica. Siempre será el primer paso para afrontar cualquier problema. Te recomiendo que lo pongas en marcha y disfrutes de sus efectos.
Autora: Gema José. Asesoría psicológica de la Asociación de Diabéticos de Madrid
Fuente: Revista Entre Todos nº 68
FUENTE: http://diabetesmadrid.org/adaptacion-de-la-familia-a-la-persona-con-diabetes-%C2%B7-psicologia/
FUENTE: http://diabetesmadrid.org/adaptacion-de-la-familia-a-la-persona-con-diabetes-%C2%B7-psicologia/
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